¡¡ Saludos de nuevo, queridos diogenésicos!!

En primer lugar me gustaría disculparme por la tardanza en hacer esta segunda reseña, pero por muchos factores, he tenido que posponerlo hasta el día de hoy, intentaré que las futuras entregas sean con algo menos de periodicidad.

Hecha la introducción y las disculpas oportunas,  vamos a lo que nos gusta, la tinta (tanto la de toda la vida como la que se hace con pixeles de los buenos) en forma de letra.

Para esta reseña he escogido una trilogía de la escritora Trudi Canavan llamada “La era de los cinco dioses”.  Como ya os comente en el anterior post, no soy muy partidario de dar datos biográficos así que os dejo el enlace oportuno para que si os llama la curiosidad podáis ver vida y obra de la autora:

https://es.wikipedia.org/wiki/Trudi_Canavan

Esta trilogía, compuesta por “La sacerdotisa blanca”, “La hechicera indómita” y “La voz de los Dioses”,  nos narra parte de la historia del continente de Ithania, creado por la autora y del cual y para hacernos mejor a la idea de la situación de los eventos que transcurren en el libro tenemos un mapa al principio de cada volumen. Ithania está dividida en Norte y Sur, existiendo alguna isla pequeña y apenas habitada aislada y la isla de Somrey como la única con importancia geopolítica en la historia.

Una vez hecha la distinción geográfica, encontramos la distinción cultural, siendo de capital importancia entender que al principio del primer libro nos encontramos con una serie de pactos ya formados por distintas regiones de Ithania del Norte, siendo, la búsqueda de alianzas para concluir está unión, el punto de partida del hilo argumental.

Por último y siendo el factor argumental más importante, encontramos la religión. Aunque a lo largo de los tres libros iremos descubriendo más información, cuando empezamos a leer, conocemos la existencia de cinco dioses en Ithania del Norte, los únicos dioses auténticos como se definen ellos mismos y los que han dado a la humanidad fe, magia sacerdotal y la guía y el camino para prosperar y evolucionar, siendo la alianza de todos los pueblos de Ithania del Norte su última consigna. Para ello y toda vez la imposibilidad de interactuar en el mundo físico de los mortales por parte de los dioses, estos eligen a sus representantes supremos de entre su clero, siendo cinco, al igual que los dioses, los elegidos para desempeñar dicho cargo de suma importancia.

Junto a la magia sacerdotal patrocinada por los dioses también encontramos magia mundana o “hereje”, cuyos practicantes son llamados tejedores de sueños o hechiceros indómitos, en función de sus capacidades y habilidades extraordinarias.

Me gustaría aprovechar para en este momento aclarar que aunque no me gustan los spoilers, hablar de una trilogía implica por necesidad mencionar partes del primer libro al hablar del segundo, y de este segundo al hablar del tercero. Intentaré separar de forma clara cada libro de la trilogía a fin de evitar disgustos innecesarios, haciendo las menores referencias posibles a hechos relevantes de la historia.

Pues bien, después de poner en situación al lector para hacerse una idea de la situación al inicio de la historia, empezamos con el primer libro:

LA SACEDOTISA BLANCA

Los dioses de Ithania del Norte, también llamados “los blancos”, buscan la alianza de todos los pueblos dentro de su influencia. Para ello han recurrido a la diplomacia y la negociación con resultados positivos, restando pequeñas zonas geográficas y grupos de población “no humana” por invitar a formar parte de esta unión.

La última sacerdotisa blanca, la última de los sacerdotes supremos en ser escogida es Auraya, protagonista de la historia.

Auraya recién elegida por sus dotes como sacerdotisa y su capacidad de diplomacia y mediación en conflictos, se convierte en una de las cinco personas más poderosas de su mundo, venciendo incluso al paso del tiempo. Tales son los dones que los dioses conceden a sus más altos diplomáticos.

Las obligaciones empiezan pronto para Auraya, ya que apenas toma posesión de su nuevo cargo deberá hacer frente a dos situaciones delicadas. La primera, limar asperezas entre la orden clerical y los tejedores de sueños. Los tejedores de sueños, llamados secta por los religiosos, están formados por un grupo de sanadores con poderes curativos y conocimientos medicinales que profesan el principio de ofrecer sus dones a cualquiera que lo necesite. Esto, entra en conflicto directo con las doctrinas religiosas toda vez que conforme a las enseñanzas de los dioses, cualquier persona curada por un tejedor de sueños, irremediablemente perderá su alma, la cual no volverá al seno divino.

Al ser los tejedores de sueños parte del gobierno establecido en Somrey, y siendo necesario un acuerdo entre los mismos para llegar a una alianza, los blancos buscan la forma de negociar en los mejores términos posibles una solución que beneficie tanto a Sombrey como a Ithania del Norte.

Auraya, aprovechando su amistad con un tejedor de sueños de nombre Leiard, intentará encontrar la forma de llevar a buen término la alianza. En este momento de la historia, surge un segundo hilo argumental, el romance entre Leiard y Auraya, que irá afectando en mayor o menor medida a la línea argumental principal.

Mientras tanto, en Ithania del sur se está formando un gran ejercito. Una primera incursión de “hechiceros” con túnica negra en el territorio norteño dispara la alarmas ante una posible invasión, lo cual acelera los planes de los dioses blancos.

La segunda de las situaciones delicadas y que surgirá a raíz de la amenaza de guerra entre norte y sur y que quedarán a cargo de Auraya consiste en la alianza con uno de los pueblos “no humanos”, los siyis. Los siyis un pueblo pacífico cuyo don principal es la capacidad de volar recibirán la visita de Auraya como embajadora con el fin primordial de evitar su alianza con el enemigo pasando a formar parte de la alianza del norte.

Paralelamente a todo esto, en este primer libro se contará la historia de Emerald, una de las hechiceras indómitas, la cual, enfrentada a los dioses deberá recurrir a sus dotes de hechicería para escapar de la persecución divina.

A lo largo de este libro, hilos argumentales se cerrarán para dar paso a nuevos y otros quedarán cerrados para siempre dentro de la historia principal.

Este primer libro, como casi todos aquellos que componen una trilogía, es una perfecta introducción a los personajes, el argumento y a que quieras leer un segundo libro. Si bien es cierto que, y solo como opinión de este que suscribe, Trudi Canavan tiene la virtud de crear buenas historias, adolece de cierta falta de cierre épico o conclusión de las que te dejan sin palabras. En este libro esperaba un final mucho más espectacular conforme  a las propias expectativas que me había creado el libro, ojo, con ello no quiero decir que sea malo, sino que en mi humilde opinión creo que es algo “descafeinado”.

En conclusión, buen libro, lectura rápida y que te deja con ganas de más, sin ser un libro de los que yo me llevaría a una isla desierta.

 

LA HECHICERA INDOMITA

Los blancos han ganado la guerra gracias a Auraya. Tras la batalla, la vida de los protagonistas se ha visto afectada de muy diversas formas. Auraya vuelve con los suyos pero sus obligaciones para con el pueblo siyi y lo que tuvo que hacer en la guerra, así como el fracaso de su relación con Leiard, hacen que se vea sometida a una dura prueba de resolución y convicciones. Por otra parte Emerald y Leiard se han encontrado tras los sucesos acaecidos tras el enfrentamiento entre las dos potencias. El don de Leiard no ha pasado desapercibido y sus propios conflictos internos respecto de una vida pasada hacen sospechar a la hechicera indómita que Leiard en realidad podría ser el fundador de los tejedores de sueños, Mirar.

Mientras tanto, en el sur, curándose de las heridas recibidas por los blancos, se impone un curso de actuación distinto. En primer lugar deberá de elegirse un sustituto de la Voz primera, líder de los pentadrianos, la religión que se profesa en el sur, y que al igual que la del norte está compuesta de cinco dioses.

La situación degenera en un enfrentamiento de creencias, fe y tolerancia. Si mis dioses son los verdaderos, ¿Quiénes son los otros dioses paganos?. Si hemos visto que sus dioses se manifiestan en este mundo al igual que los míos, ¿que los hace distintos de los que yo venero? ¿Por qué estos dioses masacraron creencias distintas de las suyas y estos son respetuosos con esas mismas creencias?. A lo largo de todo el libro se plantean cuestiones a través de la visión de sus personajes en las que las creencias religiosas ciegas y los mandatos divinos se cuestionan.

En el sur, después de la elección de una nueva Voz primera, se decide prescindir del conflicto armado y buscar la conversión de los pueblos del norte a la religión pentadriana a través de la influencia y en determinados casos la manipulación, instigado todo ello por su nuevo líder.

Por otro lado, se nos da a conocer a los elay, el segundo de los pueblos no humanos, cuyo don es la capacidad de vivir en el mar, y las relaciones entre dicho pueblo, a través de su princesa y la Voz segunda de los pentadrianos.

En esta parte de la trilogía, la relación entre el pueblo siyi y Auraya crece exponencialmente, siendo considerado por Auraya “su pueblo”, y considerando sus deberes para con ellos, la prioridad absoluta en su vida.

Gracias a la ayuda de Emerald, la personalidad de Leiard termina por definirse, reconociendo su existencia y definiéndose de forma completa. Emerlad decide buscar al resto de hechiceros indómitos que siguen vivos a fin de resolver las dudas que los dioses les provocan.

A raíz de su relación con los humanos, una plaga asola los pueblos siyis, siendo esta circunstancia el detonante del reencuentro entre el tejedor de sueños y la sacerdotisa blanca.

La interrelación entre ambos personajes y los dioses blancos llevará al conflicto y las dudas, las pruebas de fe, los engaños y las medias verdades.

En conclusión, aunque más denso que el primero y en determinadas partes, algo lento, creo que es de los tres libros el que más me ha gustado por su argumento, ya que hace temblar lo asentado en el primero dando una vuelta de tuerca a la historia definiendo el hilo principal de la trilogía.

LA VOZ DE LOS DIOSES

A fin de no contar nada relevante, ya que este volumen cierra la trilogía, seré más breve dejando tan solo ciertos retazos de la línea argumental.

Auraya se ve obligada a tomar decisiones que definirán su existencia. Por primera vez, el conflicto existente entre los propios dioses y su existencia se muestra de tal forma que una vez tomado el camino a elegir no habrá vuelta atrás.

Leiard, con su nueva conciencia adquirida, viajará al sur huyendo de la persecución de los dioses norteños, encontrando un pueblo que respeta a los suyos, aún con la existencia de otros cinco dioses de los cuales no tiene ningún conocimiento, generando dudas acerca de si puede confiar o no en ellos.

Emerald, consigue contactar con el resto de indómitos que siguen vivos, siendo el resultado de su investigación tan importante que podría cambiar el mundo tal y como se conoce.

El norte y el sur volverán a enfrentarse por sus dioses.

En conclusión, cierre de la trilogía, con un final correcto, en el cual vuelvo a hacer mención a esa falta de cierre épico,  y resolución de todos los conflictos que surgen a lo largo de la trilogía. Para mí, quizás el más flojo, por esas expectativas no cumplidas.

Y con esto termino la reseña de esta trilogía. Como bien dije al principio, he tardado más en poder  llevarla a cabo, así que a cambio dejo tres libros por el precio de uno. Una trilogía interesante, cuidada y bien escrita. Para aquellos con dudas existenciales respecto de la existencia o no  de entidades divinas es un libro que te sugiere preguntas, o mejor dicho, que te hace pensar, cosa que no es algo tan fácil hoy en día.

Espero que os haya gustado.

Un saludo